Todo tiene su tiempo


<<La mayoría de nuestros fracasos ocurren cuando pretendemos adelantar nuestros éxitos...>>

El rey Salomón con su gran sabiduría dijo: "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora." (Ecl 3:1).

¿Quien conoce mejor que Dios los tiempos correctos y apropiados para cada cosa?
Muchas veces queremos imponernos ante la autoridad de Dios al querer recibir lo que pedimos en el mismo momento en que lo hacemos, queremos que nuestras peticiones sean cumplidas al instante. Tengamos pendiente que Dios siempre está dispuesto a escucharnos, Él responde nuestras oraciones, pero, a diferencia de nosotros, Él conoce un principio que deberíamos aplicar en todo momento "Todo me es lícito, pero no todo me conviene..." (1 Cor. 10: 23). Él nunca nos dará algo que nos perjudique aunque se lo pidamos con la más grande fe, así como tampoco nos dará algo que nos fuera conveniente en un momento distinto; nuestras oraciones son contestadas y puestas por obra en el momento justo y esto no debería cuestionarse ya que es decisión de Dios.

Dios nos dice en su Palabra "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá." (Mt. 7: 7) pero depende de nosotros si queremos esperar los tiempos correctos para que esto se cumpla en nosotros por voluntad de Dios o pretender adelantarnos confiando en nuestra propia justicia. "Los ojos de todos esperan en ti, Y tú les das su comida a su tiempo" (Sal. 145: 15), adelantarnos sería presunción y no viene de Dios, sería desconfianza en Él y en su palabra, desconfiar de que no cumple sus promesas.

No pretendamos adelantarnos a los tiempos que Dios tiene previstos para hacer llegar a nosotros las bendiciones y confiemos siempre en su palabra y en que Él es el único que sabe lo que es más conveniente para nosotros y es el único que conoce el momento adecuado...